Energía Nuclear

   

Energía de Fisión.

La mayor parte de los reactores de fisión pertenecientes a la denominada Generación II, cuya tecnología fue diseñada en los años 70, han agotado su ciclo de vida y están parados, por tanto actualmente los reactores en uso pertenecen a la generación III y III+, diseñada a partir de los años 90, con importantes mejoras en el diseño. Son reactores que incluyen una seguridad pasiva que propicia una mayor resistencia a accidentes severos y una estructura modular, destinada a reducir su tiempo de construcción y por tanto su coste de inversión. Se estima que su vida media es del orden de 60 años y el combustible está diseñado para alcanzar altos quemados, reduciendo con ello los residuos radiactivos y obteniendo mayor rendimiento energético.

Un reactor de sal fundida es un tipo de reactor nuclear de fisión en el cual el principal refrigerante, o incluso el combustible mismo es una mezcla de sales fundidas. El reactor no tiene partes móviles y funciona a temperatura más alta que los reactores convencionales, para lograr una elevada eficiencia termodinámica, manteniendo una baja presión de vapor, lo cual reduce el estrés mecánico soportado por el sistema (principalmente la vasija), propiciando una simplificación en el diseño del reactor y mejorando su seguridad. Desde un principio muchos de los reactores de torio utilizaron agua de mar para mover sus turbinas, reduciendo así el costo de la desalinización para otros usos. A partir del año 2.000 se inició el diseño de la Generación IV, para que estuviera operativa a partir de 2.025. Las actuales centrales nucleares de generación III, suelen utilizar como combustible el uranio o el plutonio. Estos dos elementos son altamente radiactivos y su tratamiento es muy peligroso. Pero ha surgido una alternativa, los nuevos reactores de sales fundidas y el torio como combustible. Este material tiene un potencial energético 40 veces mayor que el uranio y su peligrosidad es mucho más baja. Además, al contrario de lo que ocurre con los combustibles nucleares actuales, el torio es muy abundante en la naturaleza y puede utilizarse en su totalidad para esta tarea.

En cuanto al torio como combustible, presenta unas interesantes ventajas: El tipo de radiactividad (partículas alfa) que emite el torio no es tan dañina para el ser humano. Una persona puede incluso tomarlo y manipularlo con su mano desnuda sin mayor riesgo. Es tan abundante que nos durará miles de años. Se consigue como subproducto en muchas actividades mineras, explotación del carbón o durante la extracción de gas natural. Los desechos producidos por la explotación del torio son mucho menos dañinos que los del uranio, el período radioactivo duraría solo unos pocos cientos de años. Pero además la extracción de este mineral, produce muchos menos productos radiactivos que la del uranio.

Otra ventaja muy interesante es que, los reactores de torio pueden reutilizar los actuales inventarios de desechos radiactivos, fruto de la explotación del uranio. Donde estos desechos permanecerían por miles o incluso millones de años, la explotación del torio podría ayudarnos a reducir ese período a unos cuantos cientos de años. El torio presenta una enorme dificultad de crear armas nucleares, no solo la cantidad de material que podría obtenerse para producir armas nucleares es mínimo, también sería muy peligroso para quienes intenten manipular estos materiales y por si fuera poco, la radiación que estos materiales emiten puede ser fácilmente detectada.

Los nuevos diseños LFTR (Liquid Flouride Thorium Reactor), disminuyen drásticamente el riesgo de accidentes, gracias a que el propio diseño, de forma automática, previene todo tipo de accidentes nucleares. En caso de que el reactor se sobrecalentara, el famoso “Tapón Congelado” vaciaría los contenidos del reactor en una serie de tanques de enfriamiento casi instantáneamente. Pero incluso en el supuesto que el reactor se saliera de control, como los contenidos del reactor funcionan a presión de ambiente, sabemos que los gases no se esparcirían por todas partes, si no que quedarían contenidos al área del reactor.

Después del accidente de Fukushima en 2.011, existió un antes y un después, en el sentido de que a partir de ese momento muchos países han reducido la capacidad nuclear en su mix energético, mientras que otros, tras un lapso de tiempo, lo han potenciado, considerando la energía de fisión como una alternativa a las energías fósiles, de forma semejante a las energías renovables.

El ejemplo más destacado es China, con una clara tendencia hacia el incremento del consumo de energía en el país y al mismo tiempo, una fuerte presión para eliminar de su mix las centrales de combustibles fósiles, para reducir la elevada contaminación atmosférica que sufre el país. Han tratado de asegurarse fuentes de energía que puedan apoyar dicho crecimiento, lo que ha propiciado fuertes inversiones en energía fotovoltaica e hidráulica, pero también ha dado un fuerte impulso a la energía nuclear, ya que mantiene la seguridad de suministro, debido a la no gestionabilidad de las renovables y el riesgo geopolítico de suministro de otras materias primas energéticas fósiles.

Además de seguir con su plan de construcción de centrales de III y III+ generación, protagonizaron el desarrollo tecnológico de la IV generación de reactores, fundamentalmente potenciando la tecnología LFTR. Desde el punto de vista chino, el torio tiene una ventaja particular: mientras que la China continental tiene un pequeño porcentaje del uranio mundial, tiene grandes cantidades de torio. Contar con una fuente abundante de energía sin emisiones de carbono, resolvería los dilemas energéticos del país de un plumazo.

El Instituto de Física Aplicada de Shanghái, ha puesto en demostración un reactor de sales fundidas con combustible líquido de torio con una potencia de 100 megavatios en 2.032, después del éxito de operación que ha demostrado en los últimos 3 años, el gobierno ha dado luz a un ambicioso plan de puesta en operación de al menos 2 nuevas plantas al año, hasta cubrir un 20% de sus necesidades básicas de energía del país.

Energía de Fusión.

Dejémoslo; ya se han gastado suficientes recursos (se cumple la constante universal «La fusión nuclear estará operativa dentro de 50 años»).