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A continuación se muestra un resumen de un artículo de la revista FORBES

Después de que un tsunami golpeara la planta nuclear de Fukushima Daiichi en Japón hace ocho años, lo que provocó el colapso de tres reactores, muchos creyeron que podría dar lugar a una catástrofe de salud pública.

Helen Caldicott, una médica australiana, en The New York Times escribió lo siguiente: «En este momento, cerca de un millón de personas han muerto por causas relacionadas con el desastre de Chernobyl», Fukushima podría «superar a Chernobyl en términos de los efectos sobre la salud pública».

Muchas personas pro-nucleares llegaron a creer que el accidente era una prueba de que los reactores actuales tenian fallos de diseño. La comunidad científica están demandando tipos de reactores radicalmente diferentes para hacer que la tecnología sea «inherentemente segura». Pero ahora, ocho años después de Fukushima, los últimos datos disponibles muestran claramente que la estimación de Caldicott del número de personas muertas por accidentes nucleares era sumamente exagerada y claramente intencionada.

La radiación de Chernobyl matará, a lo sumo, a 200 personas, mientras que la radiación de Fukushima y Three Mile Island matará a cero personas. En otras palabras, la principal lección que debe extraerse de los peores accidentes nucleares es que la energía nuclear siempre ha sido intrínsecamente segura.

La verdad sobre la seguridad de la energía nuclear es tan impactante que vale la pena echar un vistazo más de cerca a los peores accidentes, comenzando por el peor de todos: Chernobyl.

Veintiocho bomberos murieron después de apagar el fuego de Chernobyl. Si bien la muerte de cualquier bombero es trágica, vale la pena poner ese número en perspectiva. Ochenta y seis bomberos murieron en los Estados Unidos en 2018, y 343 bomberos murieron durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Desde el accidente de Chernobyl, 19 personas de primera intervención fallecieron, según las Naciones Unidas, por «varios motivos», entre ellos tuberculosis, cirrosis hepática, ataques cardíacos y traumas. La U.N. concluyó que «la asignación de radiación como la causa de la muerte se ha vuelto menos clara».

¿Qué pasa con el cáncer? Para el año 2065 puede haber 16,000 cánceres de tiroides; Hasta la fecha se han producido 6.000. Dado que el cáncer de tiroides tiene una tasa de mortalidad de solo el uno por ciento (es un cáncer fácil de tratar) las muertes esperadas pueden ser de 160.

La Organización Mundial de la Salud afirma en su página web que Chernobyl podría causar la muerte prematura de 4.000 personas, pero según la Dra. Geraldine Thomas, quien inició y dirige el Chernobyl Tissue Bank, ese número se basa en una metodología que puede que esté obsoleta.

«El número proporcionado por la OMS se basa en LNT», explicó, utilizando el acrónimo del método de «umbral sin umbral» para extrapolar las muertes por radiación cuando no se tienen datos.

LNT asume que no hay un umbral por debajo del cual la radiación no produce efectos, pero este supuesto ha sido desacreditado en las últimas décadas por múltiples fuentes de datos.

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El apoyo a la idea de que la radiación es inofensiva a niveles bajos proviene del hecho de que las personas que viven en lugares con mayor radiación de fondo, como Colorado, no sufren tasas elevadas de cáncer.

De hecho, los residentes de Colorado, donde la radiación es más alta debido a las altas concentraciones de uranio en el suelo, disfrutan de algunas de las tasas más bajas de cáncer en los EE. UU.

Incluso dosis relativamente altas de radiación causan mucho menos daño de lo que la mayoría de las personas piensan. Estudios eshaustivos, extensos y a largo plazo de los sobrevivientes de los bombardeos nucleres de Hiroshima y Nagasaki dan una demostración convincente de que los efectos de las dosis a lo largo del tiempo son mas bajos de lo esperado.

Y ¿Qué hay de Three Mile Island? Después del accidente en 1979, la revista Time Magazine publicó un artículo de portada «La pesadilla nuclear», sobre una imagen de la planta. ¿Pesadilla?

Pongamos ejemplos de accidentes de otras técnologías energéticas. La plataforma de perforación petrolera Deepwater Horizon se incendió y mató a 11 personas. Cuatro meses después, una tubería de gas natural de Pacific Gas & Electric explotó justo al sur de San Francisco y mató a ocho personas que dormían tranquilamente en sus casas. Y eso fue solo en una zona del mundo en un año, 2010.

El peor accidente energético de todos los tiempos fue la rotura de la presa hidroeléctrica Banqiao en 1975 en China. Se derrumbó y mató entre 170.000 y 230.000 personas. ¿Quien se acuerda de esto?

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